PRAXIS FILOSOFICA
Término procedente del
griego "praxis", que viene a significar acción, realización, y que se
suele traducir por "actividad práctica". En cuanto actividad
práctica, la "praxis" se
opone a la actividad teórica, y en la medida en que esta fue valorada
como superior por la tradición filosófica, lo "práctico" adquirió un
carácter de inferioridad con respecto a lo teórico. Esta inferioridad se vio
apoyada por la justificación de la dependencia de lo práctico respecto a lo
teórico, en el sentido de que es la teoría la que dirige y ordena la actividad
práctica del ser humano.
Este punto de vista fue invertido por Marx, quien considera justo lo contrario: que la actividad teórica viene determinada por las condiciones prácticas, materiales y sociales, en las que se desarrolla la vida social del ser humano, y depende de estas (por lo que el concepto de "praxis" adquiere un valor fundamental en la filosofía de Marx y en el marxismo). En este sentido, la teoría viene determinada por la praxis, es decir, el modo en que está organizada la producción material de la existencia humana (praxis) determina el modo en que la realidad es interpretada (teoría, ideología). La Fundación Naturista y Filosófica potencializa éste concepto, ya que la experiencia del desarrollo de la vida del humano desde su naturaleza sin codificación convalida lo que decimos y hacemos.
Este punto de vista fue invertido por Marx, quien considera justo lo contrario: que la actividad teórica viene determinada por las condiciones prácticas, materiales y sociales, en las que se desarrolla la vida social del ser humano, y depende de estas (por lo que el concepto de "praxis" adquiere un valor fundamental en la filosofía de Marx y en el marxismo). En este sentido, la teoría viene determinada por la praxis, es decir, el modo en que está organizada la producción material de la existencia humana (praxis) determina el modo en que la realidad es interpretada (teoría, ideología). La Fundación Naturista y Filosófica potencializa éste concepto, ya que la experiencia del desarrollo de la vida del humano desde su naturaleza sin codificación convalida lo que decimos y hacemos.
La Consejería Naturista y Filosófica implica emprender un orden natural
para que la vida fluya sin condicionamientos científicos, políticos sociales,
culturales y religiosos, una filosofía que difiera de la pura especulación, o de
la contemplación.
Mientras que una lección solamente se aprovecha a nivel intelectual, en
un aula, las ideas se prueban y experimentan en el mundo real, secundadas por
contemplación reflexiva. De
esta manera los conceptos abstractos se conectan con la realidad vivida.
Los
educadores usan la praxis
para describir paisajes recurrentes mediante un proceso cíclico de aprendizaje experimental.
La praxis filosófica,
hace especial énfasis en el papel decisivo del proceso de conocimiento y de
toma de conciencia. -Practica en oposición a la teoría-
Los consultores naturistas y filosóficos de Funafi pueden diferir tanto en los métodos tradicionales, milenarios y ancestrales que emplean como en su orientación practica y técnica, sin embargo, las actividades de intervención suelen ser de los siguientes tipos:
(1) examinar los argumentos
presentados por sus usuarios, así como sus justificaciones;
(2) aclarar, analizar y definir
importantes términos y conceptos;
(3) exponer y examinar las
presuposiciones que subyacen en dichos argumentos, así como sus implicaciones
lógicas;
(4) exponer los conflictos e incongruencias de dichos argumentos;
(5) explorar teorías naturales
y filosóficas tradicionales, así como evaluar las implicaciones de sus
significados para el caso del usuario; y
(6) realizar todas aquellas
actividades psicoterapéuticas que tradicionalmente han sido identificadas como
naturistas y filosóficas, desde el conocimiento tradicional, intrínseco y
autodidacta.
Aunque
en cada país el café filosófico
tiene diferentes modalidades, el objetivo es el mismo: el diálogo en torno a un
tema o problema que resulte relevante a los participantes. No se trata de hacer
exposiciones sofisticadas ni “desfiles de personalidades”, sino de inducir
“momentos filosóficos”, es decir, pasar de la opinión al pensamiento, de
dilucidar juntos conceptos, desentrañar el sentido oculto, enfrentar los
prejuicios y desenmarañarnos de la manipulación a que fuimos sometidos por los
oscuros.
De acuerdo a sus necesidades el café
filosófico es una especie de democracia a pequeña escala en la que cada uno
intenta aprender de los demás. Sus reglas mínimas son muy simples:
—El
tema surge de la sala, no del moderador —El moderador hace una breve
presentación del tema; la discusión está a cargo de todo el grupo. -Los
participantes llegan espontáneamente: no hay inscripciones ni cursos –aunque
suele haber una cuota- y están en libertad de asistir cuando lo decidan de
acuerdo a sus necesidades.
-El
grupo es heterogéneo. En esta democracia coinciden personas de diferente edad,
profesión y proyectos: académicos, empresarios, amas de casa, vendedores, médicos,
estudiantes…
El
propósito es que cada uno de los participantes vaya aprendiendo de su propia
elaboración intelectual, de escuchar las intervenciones y de la confrontación
de sus ideas con las de los demás desde su interior. No se trata, pues, de una
clase de filosofía, sino de pensar y discutir filosóficamente; dar vida a la
historia del pensamiento para vivir hoy de manera más sensata y natural. En
todo caso se trata de “secuestrar” a la filosofía, que ha vivido cómodamente en
las aulas universitarias durante siglos, para que ahora aterrice en los lugares
públicos iniciándose desde nuestros hogares.
Historia
El
primer café filosófico nació en París en 1992, animado por Marc Sautet.
Actualmente París cuenta con más de 200 establecimientos donde la gente se
reúne en forma periódica no para aprender filosofía, sino para tratar de
entender el mundo y de recuperar —en un mundo sin referentes estables— las
nociones de bien y de mal (dualidad), de amor o de vergüenza; en fin, para
encontrar el arte de vivir (buen vivir) más acorde a sus deseos y convicciones.
En Latinoamérica se han creado cafés
filosóficos en los últimos años en ciudades como Perú, Buenos Aires y
México. Lo único que se requiere para iniciar uno nuevo es tener un espacio, un
filósofo, cierto poder de convocatoria… y un poco de suerte. Es sí como Funafi potencializa
su espíritu de Fundación Naturista y filosófica de Colombia para generar BIEN-ESTAR
personal y colectivo para todos seres.
El
objetivo general de un FiloCafé es
dialogar acerca de cada uno de los temas que consideramos importantes o
interesantes, pero que a menudo dejamos pasar porque no tenemos el tiempo o el
foro para reflexionar sobre ellos. Son temas que nos obligan tanto a pensar en
función de resolver problemas prácticos —es ético decirle a una persona que enfrente
la adversidad con filosofía— como en función de desarrollar nuestra capacidad
de intercambiar ideas, de analizar críticamente, de poner a prueba nuestras
convicciones y nuestra propia personalidad.
Debe
dejarse en claro que no se trata de una clase de filosofía, sino de “filosofía
de café”. La Mesa debe ser preferiblemente
redonda literalmente hablando para que circule la energía y halla liberación
integral de los participantes, es decir no es un desfile de personalidades que
expongan a los grandes pensadores de la historia, aunque las conferencias o las
mesas panel pueden ser una forma interesante de reforzar los temas o de romper
con la rutina del cafeteo, no es la parte primordial de un FiloCafé.
El
FiloCafé es un sistema de democratización del conocimiento (democracia a
pequeña escala) en la que cada persona intenta aprender de las otras personas,
así como de los cuestionamientos que surgen de las diversas intervenciones. Aquí
los “errores” son grandes oportunidades para avanzar en el aprendizaje de la
vida.
Se
trata entonces de producir “momentos filosóficos”, es decir, pensar y concebir
filosóficamente nuestra propia vida, de provocar en nosotros mismos la
reflexión sobre aquellos problemas que nos preocupan, con el propósito de vivir
de modo más racional y sensato acorde con nuestra naturaleza intrínseca.
Reglas básicas
Existen
algunas reglas básicas y comunes:
El tema es elegido por las personas
participantes una semana antes de común acuerdo, y conforme las inquietudes que
la propia mesa tenga. En el caso de la sesión inicial es conveniente que el
tema sea la explicación sobre ¿qué es un Café Filosófico?, a fin de que incluso
la dinámica y definición del FiloCafé sea consensuada por el grupo.
Además,
la intención de plantear los temas con una anticipación permite que la persona
anime pueda enviar tanto preguntas “desestructurantes” (guía y motores de la
investigación) y algunos textos para su consulta. La consulta de textos es
opcional, nadie está obligado a leerlos, la propia dinámica del grupo irá
fomentando la lectura individual de los mismos.
El moderador, ¿Quién debe moderar?
Todo el grupo debe ser el moderador de las intervenciones, sin embargo la
exposición inicial será de quien haya propuesto el tema (si ella así lo desea)
y la batuta de la sesión estará en manos de la animadora.
Tiempo: la
sesión de FiloCafé con una exposición oral breve de no más de 15 minutos, para
luego pasar a las participaciones, preguntas y comentarios de los
participantes, las cuales deberán ser breves o suficientes (se sugiere que sean
de máximo 5 minutos por intervención, pero sin ser una regla fija).
Solicitudes:
las participaciones deberán solicitarse levantando la mano, para que entre
todos observen el orden a las intervenciones, y cada quien tenga en
consideración el tiempo de los demás. En caso de que el grupo no logre está
dinámica, la animadora puede intervenir todo el tiempo que sea necesario.
La
persona animadora podrá intervenir entre cada comentario
para retomar temas que se dejen de lado o para explicar el orden de las
intervenciones, así como para orientar las participaciones.
La
animadora evita las clases magistrales, las conferencias, los discursos de
introducción, y procura que se supere el "café du commerce".
Tiene prioridad en el turno de recibir la palabra,
aquel que todavía no ha hablado.
La
animadora debe tener siempre en cuenta que no se pretenden que los
participantes “aprendan” sino que confronten, dialoguen y saquen sus propias
conclusiones. Su función es inducir los “momentos filosóficos”, es decir, pasar
de la opinión al pensamiento, dilucidar juntos conceptos y enfrentar los
propios prejuicios.
Hay
que evitar el "Café du commerce", la "conferencia" y el
proselitismo, evitando las clases magistrales, las conferencias o los grandes
discursos.
No
hay a-prioris sobre el tema, es decir no existen
posturas previas sobre los temas si son o no filosóficos o importantes; sólo el
tratamiento en el café puede establecer su trascendencia.
La
animadora está a disposición de los participantes, escuchándolos y utiliza sus
conocimientos para reconducir el diálogo, poniendo en marcha la mayéutica. Con el fin de que se profundice en
las intervenciones de manera seria.
Escucha:
todos deben escuchar al que habla.
Los
participantes que hayan sido aludidos directamente en la tertulia tienen
derecho a réplica.
La Fundación Naturista y Filosófica " FUNAFI" ha incorporado en su Objeto Social como tema primordial dentro de su Consejería Naturista y Filosófica la salud integral de todos los seres vivos en el planeta tierra y para ello hace muchos años viene orientando y preparando terapeutas que desde su convicción humanística activen dicho perfil...
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