miércoles, 25 de diciembre de 2013

CONSEJERÍA NATURISTA Y FILOSÓFICA .PIENSO,LUEGO EXISTO



PRAXIS FILOSOFICA
Término procedente del griego "praxis", que viene a significar acción, realización, y que se suele traducir por "actividad práctica". En cuanto actividad práctica, la "praxis" se opone a la actividad teórica, y en la medida en que esta fue valorada como superior por la tradición filosófica, lo "práctico" adquirió un carácter de inferioridad con respecto a lo teórico. Esta inferioridad se vio apoyada por la justificación de la dependencia de lo práctico respecto a lo teórico, en el sentido de que es la teoría la que dirige y ordena la actividad práctica del ser humano.

Este punto de vista fue invertido por Marx, quien considera justo lo contrario: que la actividad teórica viene determinada por las condiciones prácticas, materiales y sociales, en las que se desarrolla la vida social del ser humano, y depende de estas (por lo que el concepto de "praxis" adquiere un valor fundamental en la filosofía de Marx y en el marxismo). En este sentido, la teoría viene determinada por la praxis, es decir, el modo en que está organizada la producción material de la existencia humana (praxis) determina el modo en que la realidad es interpretada (teoría, ideología). La Fundación Naturista y Filosófica potencializa éste concepto, ya que la experiencia del desarrollo de la vida del humano desde su naturaleza sin codificación  convalida lo que decimos y hacemos.

La Consejería Naturista y Filosófica  implica emprender un orden natural  para que la vida fluya sin condicionamientos científicos, políticos sociales, culturales y religiosos, una filosofía que difiera de la pura especulación, o de la contemplación. Mientras que una lección solamente se aprovecha a nivel intelectual, en un aula, las ideas se prueban y experimentan en el mundo real, secundadas por contemplación reflexiva. De esta manera los conceptos abstractos se conectan con la realidad vivida.

Los educadores usan la praxis para describir paisajes recurrentes mediante un proceso cíclico de aprendizaje experimental.
La  praxis filosófica, hace especial énfasis en el papel decisivo del proceso de conocimiento y de toma de conciencia. -Practica en oposición a la teoría-

Los consultores naturistas y filosóficos de Funafi pueden diferir tanto en los métodos tradicionales, milenarios y ancestrales que emplean como en su orientación practica y técnica, sin embargo, las actividades de intervención suelen ser de los siguientes tipos:
(1) examinar los argumentos presentados por sus usuarios, así como sus justificaciones;
(2) aclarar, analizar y definir importantes términos y conceptos;
(3) exponer y examinar las presuposiciones que subyacen en dichos argumentos, así como sus implicaciones lógicas;
(4) exponer los conflictos e incongruencias de dichos argumentos;
(5) explorar teorías naturales y filosóficas tradicionales, así como evaluar las implicaciones de sus significados para el caso del usuario; y
(6) realizar todas aquellas actividades psicoterapéuticas que tradicionalmente han sido identificadas como naturistas y filosóficas, desde el conocimiento tradicional, intrínseco y autodidacta.
7.A pesar de que existen otras profesiones de consultoría y asistencia que han incorporado algunas de las antiguas actividades naturistas filosóficas antes mencionadas dentro de sus prácticas terapéuticas, no por ello deben confundirse con la práctica privada de la filosofía y naturismo tal y como queda definida por medio de la realización de actividades específicamente naturistas y filosóficas, para las cuales los consultores naturistas y filosóficos han recibido un entrenamiento y una educación específicos a través de nuestro Café Filosófico o FiloCafé. Un café filosófico o FiloCafé es un diálogo organizado en un lugar público con el fin de discutir un tema desde una perspectiva filosófica, a fin de intercambiar puntos de vista, inquietudes y esperanzas, partiendo de que el pensamiento no es sólo una caja de herramientas —para resolver problemas prácticos y cotidianos— sino que nos da la posibilidad de plantearnos preguntas que vuelven más apasionante la vida y de esta forma ir recuperando la salud  integral.
Aunque en cada país el café filosófico tiene diferentes modalidades, el objetivo es el mismo: el diálogo en torno a un tema o problema que resulte relevante a los participantes. No se trata de hacer exposiciones sofisticadas ni “desfiles de personalidades”, sino de inducir “momentos filosóficos”, es decir, pasar de la opinión al pensamiento, de dilucidar juntos conceptos, desentrañar el sentido oculto, enfrentar los prejuicios y desenmarañarnos de la manipulación a que fuimos sometidos por los oscuros.
 De acuerdo a sus necesidades el café filosófico es una especie de democracia a pequeña escala en la que cada uno intenta aprender de los demás. Sus reglas mínimas son muy simples:
—El tema surge de la sala, no del moderador —El moderador hace una breve presentación del tema; la discusión está a cargo de todo el grupo. -Los participantes llegan espontáneamente: no hay inscripciones ni cursos –aunque suele haber una cuota- y están en libertad de asistir cuando lo decidan de acuerdo a sus necesidades.
-El grupo es heterogéneo. En esta democracia coinciden personas de diferente edad, profesión y proyectos: académicos, empresarios, amas de casa, vendedores, médicos, estudiantes…
El propósito es que cada uno de los participantes vaya aprendiendo de su propia elaboración intelectual, de escuchar las intervenciones y de la confrontación de sus ideas con las de los demás desde su interior. No se trata, pues, de una clase de filosofía, sino de pensar y discutir filosóficamente; dar vida a la historia del pensamiento para vivir hoy de manera más sensata y natural. En todo caso se trata de “secuestrar” a la filosofía, que ha vivido cómodamente en las aulas universitarias durante siglos, para que ahora aterrice en los lugares públicos iniciándose desde nuestros hogares.

Historia

El primer café filosófico nació en París en 1992, animado por Marc Sautet. Actualmente París cuenta con más de 200 establecimientos donde la gente se reúne en forma periódica no para aprender filosofía, sino para tratar de entender el mundo y de recuperar —en un mundo sin referentes estables— las nociones de bien y de mal (dualidad), de amor o de vergüenza; en fin, para encontrar el arte de vivir (buen vivir) más acorde a sus deseos y convicciones. En Latinoamérica se han creado cafés filosóficos en los últimos años en ciudades como Perú, Buenos Aires y México. Lo único que se requiere para iniciar uno nuevo es tener un espacio, un filósofo, cierto poder de convocatoria… y un poco de suerte. Es sí como Funafi potencializa su espíritu de Fundación Naturista y filosófica de Colombia para generar BIEN-ESTAR personal y colectivo para todos seres.
El objetivo general de un FiloCafé es dialogar acerca de cada uno de los temas que consideramos importantes o interesantes, pero que a menudo dejamos pasar porque no tenemos el tiempo o el foro para reflexionar sobre ellos. Son temas que nos obligan tanto a pensar en función de resolver problemas prácticos —es ético decirle a una persona que enfrente la adversidad con filosofía— como en función de desarrollar nuestra capacidad de intercambiar ideas, de analizar críticamente, de poner a prueba nuestras convicciones y nuestra propia personalidad.
Debe dejarse en claro que no se trata de una clase de filosofía, sino de “filosofía de café”. La Mesa  debe ser preferiblemente redonda literalmente hablando para que circule la energía y halla liberación integral de los participantes, es decir no es un desfile de personalidades que expongan a los grandes pensadores de la historia, aunque las conferencias o las mesas panel pueden ser una forma interesante de reforzar los temas o de romper con la rutina del cafeteo, no es la parte primordial de un FiloCafé.
El FiloCafé es un sistema de democratización del conocimiento (democracia a pequeña escala) en la que cada persona intenta aprender de las otras personas, así como de los cuestionamientos que surgen de las diversas intervenciones. Aquí los “errores” son grandes oportunidades para avanzar en el aprendizaje de la vida.
Se trata entonces de producir “momentos filosóficos”, es decir, pensar y concebir filosóficamente nuestra propia vida, de provocar en nosotros mismos la reflexión sobre aquellos problemas que nos preocupan, con el propósito de vivir de modo más racional y sensato acorde con nuestra naturaleza intrínseca.

Reglas básicas

Existen algunas reglas básicas y comunes:
El tema es elegido por las personas participantes una semana antes de común acuerdo, y conforme las inquietudes que la propia mesa tenga. En el caso de la sesión inicial es conveniente que el tema sea la explicación sobre ¿qué es un Café Filosófico?, a fin de que incluso la dinámica y definición del FiloCafé sea consensuada por el grupo.
Además, la intención de plantear los temas con una anticipación permite que la persona anime pueda enviar tanto preguntas “desestructurantes” (guía y motores de la investigación) y algunos textos para su consulta. La consulta de textos es opcional, nadie está obligado a leerlos, la propia dinámica del grupo irá fomentando la lectura individual de los mismos.
El moderador, ¿Quién debe moderar? Todo el grupo debe ser el moderador de las intervenciones, sin embargo la exposición inicial será de quien haya propuesto el tema (si ella así lo desea) y la batuta de la sesión estará en manos de la animadora.
Tiempo: la sesión de FiloCafé con una exposición oral breve de no más de 15 minutos, para luego pasar a las participaciones, preguntas y comentarios de los participantes, las cuales deberán ser breves o suficientes (se sugiere que sean de máximo 5 minutos por intervención, pero sin ser una regla fija).
Solicitudes: las participaciones deberán solicitarse levantando la mano, para que entre todos observen el orden a las intervenciones, y cada quien tenga en consideración el tiempo de los demás. En caso de que el grupo no logre está dinámica, la animadora puede intervenir todo el tiempo que sea necesario.
La persona animadora podrá intervenir entre cada comentario para retomar temas que se dejen de lado o para explicar el orden de las intervenciones, así como para orientar las participaciones.
La animadora evita las clases magistrales, las conferencias, los discursos de introducción, y procura que se supere el "café du commerce".
Tiene prioridad en el turno de recibir la palabra, aquel que todavía no ha hablado.
La animadora debe tener siempre en cuenta que no se pretenden que los participantes “aprendan” sino que confronten, dialoguen y saquen sus propias conclusiones. Su función es inducir los “momentos filosóficos”, es decir, pasar de la opinión al pensamiento, dilucidar juntos conceptos y enfrentar los propios prejuicios.
Hay que evitar el "Café du commerce", la "conferencia" y el proselitismo, evitando las clases magistrales, las conferencias o los grandes discursos.
No hay a-prioris sobre el tema, es decir no existen posturas previas sobre los temas si son o no filosóficos o importantes; sólo el tratamiento en el café puede establecer su trascendencia.
La animadora está a disposición de los participantes, escuchándolos y utiliza sus conocimientos para reconducir el diálogo, poniendo en marcha la mayéutica. Con el fin de que se profundice en las intervenciones de manera seria.
Escucha: todos deben escuchar al que habla.
Los participantes que hayan sido aludidos directamente en la tertulia tienen derecho a réplica.
La  Fundación Naturista y Filosófica " FUNAFI" ha incorporado en su Objeto Social como tema primordial dentro de su Consejería  Naturista y Filosófica la salud integral de todos los seres vivos en el  planeta tierra y para ello hace muchos años viene orientando y preparando terapeutas que desde su convicción humanística activen dicho perfil...   



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